lunes, marzo 26, 2007

PUBLICIDAD (II)

El 2 de abril de 1964 el periódico catalán LA VANGUARDIA ESPAÑOLA publicó, en su novena página, estos anuncios.
Menos mal que el de la "cura" del Depurativo Richelet Vitaminado PP fue publicado en esas fechas, que si hubiera sido en éstas alguien podría pensar, después de la polvareda que han levantado las palabras del Sr. Polanco, que se trata de un mensaje subliminal.


Lo primero que llama la atención de este otro anuncio es el dibujo; el dibujante tuvo especial cuidado en pintar a una señorita que, por su arreglada melena, no remite, ni por asomo, a una niña; de modo que nadie puede pensar, ni el mismísimo Defensor del Menor, que se trata de un anuncio de Armani sobre prostitutas tailandesas, aunque, llevado por la imaginación más calenturienta, tal vez creyera que ese colchón arropando las cálidas carnes de la mujer, es lo suficientemente lujurioso para prohibirlo porque, entre las cualidades que tiene, está la de ser "silencioso"; y ya se sabe lo que se quiere sugerir con esto, a qué momentos íntimos del día se refiere, etc, etc.
La verdad es que vivimos tiempos confusos y, en algunos aspectos, peores a aquellos años de la década de los sesenta. El escándalo esta siempre en los ojos del que mira y no en quien es mirado. Yo no sé si este anuncio pasaría la censura de tanto defensor de uno y de otro como hay hoy en día, y si es comparable al de las niñas de Armani o al de la mujer con una cara de sufrimiento que no veas del anuncio de Dolce & Gabanna.Si aquello era una Dictadura, lo que está ocurriendo estos días con el acoso a los publicitarios también lo es. No valen excusas y menos si creemos, de verdad, en la libertad de expresión artística.


A mi este anuncio me encanta; es sugerente, directo, claro. Dice lo que tiene que decir sin recurrir a filosofías baratas ni rollos macabeos, y lo mejor de todo, lo repito, es la palabra "silencioso".
¿Quien no recuerda aquellos viejos colchones de muelles en los que follamos alguna vez o en el que follaban los vecinos a primera hora de la mañana. !Ah, qué tiempos aquellos en los no hacía falta despertador! Ya te despertaban los muelles del colchón del vecino, los jadeos y los gritos de la mujer del vecino, el rin-ran de la cama desvencijada del vecino.
Este colchón "Sema" te prometía la misma intimidad... pero en silencio.

Felipeángel (c)

2 comentarios:

Jaime dijo...

Hola.

Descanocía la existencia de ese cartel de Colchones Sema. La publicidad de antes quizás era menos efectiva que la de ahora, pero en su ingenuidad tiene algo que la hace entrañable.

http://blogdeldescanso.blogspot.com

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario; he visto otro anuncio de misma casa en una edición del diario ABC del mes de mayo de 1957