lunes, marzo 05, 2007

JOSE ISBERT (II)


















Dice Francisco Mendoza Díaz-Maroto, en su obra "La pasión por los libros", que sus tres enemigos naturales son la humedad, los niños y la mujer. Habría que añadir, entre otros, al olvido.
Las Memorias de José Isbert, tituladas "Mi vida artística", siguen sin ser rescatadas del olvido, a pesar de su gran interés como documento cinematográfico.
Por ello, me permito la licencia de publicar algunos extractos, los de sus inicios, con el fin de dar a conocer al público internauta las opiniones y los recuerdos escritos de puño y letra por uno de los actores más memorables de nuestro país.

"Mi vida artística". Memorias de Pepe Isbert. Editorial Bruguera S. A., 1969. 1ª Edición, Mayo.

DEDICATORIA

A mi mujer:

Elvira, a ti, que siempre has creído en mí, que has confiado tu felicidad a la modestia de mi arte; que a mi lado has participado de mis alegrías, de mis tristezas, de mis desilusiones y de mis locuras, te dedico estas MEMORIAS que también pueden ser tuyas. Tu Pepe.

(Nota.- En todas las biografías consultadas la fecha de nacimiento es la del 3 de marzo de 1886 pero, en las "Memorias" figura 1885. Dada la reiteración con lo que se repite la primera fecha, tiendo a pensar que la última se trata de un error tipográfico.)

Pepe Isbert nació en Madrid, en la calle de San Pedro Mártir, 5, al lado de la Plaza del Progreso, hoy Tirso de Molina.
Su padre, don Vicente Ysbert, era ingeniero geógrafo y su madre, doña María Vicente Alvarruiz, las labores propias de su sexo, como se decía entonces.
Le bautizaron en la parroquia de San Cayetano, con asistencia, entre otros, del señor Alcalde de la Villa y Corte, don Alberto Bosch y Fustegueras. Isbert escribió en verso:

Con cólera, por azar
aunque no soy iracundo,
en Madrid llegué a este mundo
sin poderlo remediar.

Tuvo dos hermanos, Isabel y Julián. Poco después de su nacimiento, murió el segundo. Dice el actor (pags 5 y 6) :

"El trastorno que tal pérdida ocasionó a mi madre, que me estaba criando, repercutió gravemente en mi salud, manifestándose en varios ataques meningíticos, de los que me salvó el eminente doctor don Mariano Benavente, padre de (...) Jacinto Benavente".

El 23 de enero de 1894 murió su padre.
Estudió el bachillerato ayudado por el Ilustrísimo señor Don Laureano Rodríguez Alonso.
Su debut artístico se produjo en el Salón Moderno, situado en el Paseo de Rosales, cobrando un duro diario ,con el nombre de "Fígaro". Estuvo mes y medio. Cantaba y recitaba versos.
Con 14 años fue trabajador temporal en la elaboración del Censo, cobrando 18 duros mensuales, y, con 17, meritorio, recomendado por Arniches, en la obra que el ilustre sainetero escribió a dos manos con García Álvarez, "El iluso Cañizares", que se representó en el Teatro Apolo de la calle Alcalá, 26. Dice José Isbert:

"Para acabar de decidirme entre el teatro y la carrera de Comercio, escribí una carta a mi gran amigo y compañero del Apolo, don José Mesejo, pidiéndole una opinión sincera (...)
Me contestó (...)
"Pepito: (...) A Capitán General no sé si llegará (...) pero lo que no me cabe duda es que llegará a ser brigadier en el difícil arte interpretativo". (pag. 28)

"Con el teatro lleno hasta los topes debuté en el Coliseo Imperial con la obra de Vital Aza "Frankfurt". (pag 29)

"Yo no tenía en la compañía puesto definido; tan pronto interpretaba papeles cómicos y dramáticos como personajes de carácter. (...) Ello me sirvió para aprender y ejercitar mejor el oficio". (pag. 31)

"De los 63 años de actuación pública, 33 se han desarrollado en el teatro y el resto alternando ambas actividades". (pag. 38)

"El primer aparato de cine que funcionó en Madrid lo trajo el señor Promio, representante de la Casa Lumiere. Se instaló en la Carrera de San Jerónimo, nº 34, esquina a Ventura de la Vega, edificio del hotel Rusia." (Las sesiones duraban de 15 a 20 minutos)



"Año 1912: El Noticiario encargó al operador José Gaspar que hiciese la reproducción del asesinato de José Canalejas. (...) Fuimos contratados por 100 pesetas cada uno, (cobraba 20´50 al día en la Compañía teatral de Cándido Lara) Rafael Arcos (padre) que hacía el papel de Canalejas y yo, que era Pardiñas, el asesino.
Ocurrió un hecho que pudo tener desagradables consecuencias. Para hacer la escena más real colocaron un coche al borde de la acera poco separado de la librería San Martín (...). Es sabido que el asesino se suicidó cayendo debajo del caballo que, al oir el disparo, se desbocó. La interpretación fue tan real que faltó un pelo para que yo muriese aplastado."
"La proyección del Noticiario sobre este triste asunto quedó prohibida en España pero no así en Europa y América".
"Después de esta rápida aparición cinematográfica tuve la suerte de ser contratado para 7 u 8 películas mudas" (pag 58)

José Isbert, gran melómano, fue amigo de Caruso. Cuenta de él la siguiente anécdota:

"Una noche ,al salir de una gran cervecería situada cerca del Palacio de las Cortes íbamos en un taxi Caruso, su sobrino, Luis Manrique y yo. De pronto Enrico rompe a cantar a toda voz el "Celeste Aída". Se acercó un policía y le presentó un papel, multándole por alborotar a cierta hora de la noche. Nos peleamos por pagarla pero Caruso lo impidió diciendo:
-Dejadme a mi ese honor. Es la primera vez que me cobran por cantar y no voy a desperdiciar la ocasión." (pag 85)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En los años sesenta yo era una adolescente que "postulaba" con una hucha por las calles de Madrid, porque así me lo habían exigido las monjas del colegio donde estudiaba. Los pobres "negritos" no tenían para comer y había que pedir dinero a los viadantes.

En una de estas calles, es posible que fuera Raimundo Fernández de Villaverde, me encontré con un hombre bajito y con la cara grande que se detuvo, introduzco las monedas en mi hucha y estuvo hablándome con voz afónica durante un ratito, creo que hasta me hizo alguna caricia. Más tarte reconocí en el cine al magnifico actor José Isbert.

Estos son recuerdos que almaceno en mi memoria a largo plazo y que recupero al presentarme un estímulo como el que leo en tu blog a cerca de este actor.

Quizás un poquito de nuestra vida sean recuerdos distorsionados que vuelven cuando de improviso nos encontramos con la chispa que juega con nuestra imaginación.

Anónimo dijo...

He conocido a una de sus bisnietas pero me hubiera gustado conocerle a él.
Siempre la pedí una entrevista con su abuela,María Isbert,pero por unas cosas o por otras, jamás se pudo llevar a cabo.
Lo que sí me contó es que hace años que la concedieron la medalla del trabajo y que aún no ha ido a recogerla porque no quiere que le pase lo que les ha pasado a otros, que poco después de recibirla se murieron.
María Isbert,como su padre, siempre estará presente en mis recuerdos de cinéfilo porque son parte muy importante del buen cine español